La singularidad y valor excepcional de las pinturas se debe a su ubicación sobre bloques de granito en campos abiertos, y no en cuevas o aleros como ocurre con la mayoría de estas manifestaciones existentes en otras partes del mundo. Su antigüedad se estima entre 900 y 1000 años. Las pinturas son rojizas, con trazos y formas geométricas abstractas y se estima que fueron realizadas con una mezcla de hematita (óxido de hierro), con algún material orgánico, posiblemente grasa animal, para posibilitar su adherencia al soporte. La singular conservación de dichos trazos probablemente se debe a las superficies lisas del granito, que destaca los diseños en ese sustrato.
Desde el punto de vista del paisaje y su geología, el área se encuentra en una zona de relieve con suaves lomadas (penillanura) que oscilan los 100 metros de altura. Están recortadas por pequeñas cañadas o cursos de agua que alimentan las cuencas de los arroyos Chamangá, Maciel y de los Molles.
En ese relieve se destacan grandes bochas graníticas sobre las que se realizaron las pinturas. Este granito tiene una edad que oscila los 2000 millones de años desde que se formó en el interior de la Tierra a varios kilómetros de profundidad.
Movimientos ascendentes y el desgaste erosivo por el agua, hielo o viento de los materiales superiores y más jóvenes, ha dejado estas grandes pedregales formados por bochas que solo aparecen en la región centro sur del Uruguay.
Esta área ingresó al Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), en enero del año 2010, bajo la categoría de “Paisaje Protegido”. Para más información pueden consultarse su página web: https://www.gub.uy/ministerio-ambiente/politicas-y-gestion/paisaje-protegido-localidad-rupestre-chamanga-flores